Corre que te corre y tras atascos infinitos en la M-30, llegué a Aqualung, no sin antes perderme, como últimamente acostumbro (petite me los has pegado!!!, antes no me perdía ;-p). Tras sacar la entrada y juntarme con los Carlos, Pare y compañía, fuimos a tomarnos unas cañas con sus correspondientes panchitos hasta que se oyó un fuerte estruendo que anunciaba el comienzo de los Bellrays. Así que sin más, nos apresuramos a entrar. La escena, para un servidor que jamas los había visto, era un poco friki: un bajista que podía pasar por el rubio de los Chemical Brothers, un guitarra que con peluca podría ser la duquesa de alba y un bateria cañon que podria ser el guaperas de la televisiva Policias y por ultimo ella, un mujerón de ebano en toda regla. Impresionante, vestido ceñido, pelo afro y botas blancas, parecía una heroína de la Marvel y solo le faltaba la capa. El concierto fue una lección de rock soul sudoroso en toda regla. A mi personalmente me encantaron, quizás en los momentos más duros perdían definición y matices, lo que no juega a favor de la cantante ; pero es en los medios tiempos donde salen a relucir los mejores temas. A continuación les tocaba el turno a !!!, con un personal ya caliente y con ganas de fiesta, para uno de los conciertos más esperados de la temporada, (quizás por su sonadísima actuación en el pasado Primavera Sound). Y de pronto el estallido, salieron acelerados y comenzaron con “pardon my freedom” y a partir de ahí yo y mi cara desencajada. No me lo podía creer, el cantante era horrible, bailaba de forma indescriptible, de pronto se puso a hacer algo así como la palomica de Joaquín Cortes y no contento con su floritura, nos regalo el molinete de Bisbal y el chico seguía obstinado, así que se tocaba el paquetillo y hacia contorsiones a lo Michael Jackson. Horripilante. Si este chico tiene amigos, por favor, apúntenmele a clases de baile o al UPA Dance. El resto, pues yo que sé, el batería era un tío muy alto que hacia maneras a lo Justin Timberlake sin los encantos de este. El resto, unos cinco, se repartían el trabajo entre la multitud de instrumentos que desplegaron, sección de viento, percusiones y unos ritmos completamente desbocados que hicieron de la velada una autentica Jam Session. A mí, personalmente me decepcionaron bastante (he de decir que al resto de la gente les encanto), pero ya se sabe, para gustos colores.
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