Viernes 9.15 de la noche. Sorprendentemente llego puntual no sin antes haberme perdido un par de veces por culpa del puto güinsor, y es que si normalmente Madrid es caótico añadelé calles cortadas y desvíos inesperados y francamente date por jodido. Con casi puntualidad europea empezaron a calentar motores los Barceloneses Madee, con un sonido deudor de la escena Emocore como Jimmy Eat World, The Get Up Kids o The Appleseed Cast suplieron con creces la ingrata tarea de ser teloneros. A continuación les toco el turno a Girls Against Boys y muchas incógnitas se cernían respecto a la situación de la banda. Si bien la ausencia de Eli Janney (teclados, bajo y coros) en el escenario no hacia sino confirmar el supuesto mal momento en el que se encuentra la banda, en su lugar John Schmersal (jeje hace un par de post hablaba de el y su banda Enon que a su vez produjo Eli Janney en el High Society y que…bueno que me lío). El cuarteto comenzó con una canción oscura apoyada por la grave voz de Scott Mccloud para luego continuar con un puñetazo directo a la mandíbula como es “Super-Fire”, lastima que el sonido fuera terrorífico durante las cuatro primeras canciones y que los bajos hicieran todavía más denso su sonido, de hecho tuvieron que parar para solucionar los problemas técnicos. A partir de ahí la gloria, vi pasar lo mejor de los noventa de golpe y porrazo a través de su repertorio, que grande sonó “Disco Six Six Six” con ese teclado sobrevolando la tensión rítmica marcada por los bajos, “In Like Flynn” fue absolutamente rotunda, “(I) Don´t Got a Place” nos hacia mover la cabeza hacia los lados coreando un estribillo que habremos oído cientos de veces, “Rockets are Reds” se la reservaron para el final a sabiendas de que sus dos últimos discos no están a la altura de su repertorio pasado. Y es que puede que no estén pasando por su mejor momento, pero desde luego son merecedores de un puesto de honor en la más reciente historia del rock.
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