PSICODELIA EN EL TOYS “R” US

Si de algo pueden presumir The Fiery Furnaces es de gozar de total libertad creativa y eso a la vista esta. Si con su primer disco “Gallowsbird´s Bark” sorprendieron a propios y a extraños por su personal visión del folk y la psicodelia. Con su segundo disco “Blueberry Boat” se han marcado un órdago a grande, con uno de los discos más frescos y desacomplejados que se han publicado a lo largo de este año. Ambicioso, complejo y extenso (76:16 minutos) es la revisión que han hecho los hermanos Friedberger del estancado mundo de la psicodelia. Guitarras desbocadas, teclados de juguete, cacharros varios y tecnología lo-fi para dar forma, o mejor dicho, para deformar las canciones. Cuando uno escucha por primera vez “Quay Cur” no sabe lo que se va a encontrar a lo largo de la canción. Comienzan con una larga intro electrónica para dar paso a un piano monocorde que se acompaña por la particular voz de Eleanor que va alternando las guitarras con los pianos y las bases electrónicas, a partir de ahí el viaje es como el de una montaña rusa; con “Straight Street” se vuelven un poco más accesibles y comienzan guitarreros y haciendo rimas completamente surrealistas “Leeds V Valencia: I´m over-hearing all their nonsense in extensia” (evidentemente pronuncia Valensia); en “My Dog Was Lost But Now He´S Found” evidencian su parte más pop con una melodía irresistible. Carruseles circenses y corta y pega en “1917”que podrían ser dos o tres canciones distintas de no ser por el nexo de unión de las letras. Se me ocurren muchos adjetivos para definir a The Fiery Furnaces: Enrevesados, barrocos, extravagantes…pero creo que el que mejor los define es únicos, ya que es muy difícil encontrar actualmente un grupo que transite por los derroteros en los que se mueven los hermanos Friedberger. En definitiva un disco rotundo y perfecto desde su complejidad e irregularidad, en el que una vez que hayas entrado no podrás salir.