Gran expectación ante la nueva visita de R.E.M. a nuestro país y no es para menos dadas las escasas veces que han pisado suelo patrio (con esta la tercera vez si no me equivoco) y un Palacio de Vista Alegre lleno hasta la bandera. La espera se hizo larga y más teniendo en cuenta que la apertura de las puertas se realizó con retraso, no así los conciertos que comenzaron con puntualidad inglesa dando el pistoletazo de salida Joseph Arthur, desde ya rebautizado como “el rey de las cuerdas”, y es que el pobre rompió dos veces las cuerdas de la guitarra y eso desmoraliza a cualquiera y más teniendo en cuenta que era el sólito encima del escenario. Aires folk y voz y aspecto cercanos a Ian McCulloch (Echo & the Bunnimen) son la propuesta del solista norteamericano que intento solventar la papeleta como pudo para presentar su “Our Shadows Will Remain”. Poco después el público se comenzó a impacientar ante la inminente salida de los de Athems hasta que las luces se apagaron y pudimos observar parte de la escenografía en toda su plenitud. Paneles de aluminio vestían el fondo del escenario apoyados por multitud de fluorescentes que variaban de color e intensidad dependiendo de la canción (y es que algo bueno tenían que tener los mega-conciertos). Empezaron revolucionados y Michael Stipe nos deleitó con su baile convulsivo y epiléptico de un lado a otro del escenario y sin parar durante todo el concierto. “Finest Worksong” fue la canción elegida para arrancar el concierto, continuando con “Begin the begin” hasta que relajaron ritmo con “Boy in the Well” uno de los cortes más salvables de su ultimo disco. La primera gran ovación del publico llegó con “Everybody Hurts” donde un público entregado la coreo de principio a fin (a veces era más impresionante darse la vuelta y ver al publico que mirar al propio escenario) y a partir de ahí el ambiente se caldeo lo suficiente como para ir repartiendo y alternando grandes clásicos con sus nuevas composiciones “The One I Love” “Leaving New York” “Imitation of Life” “Man on the Moon”…la banda a su vez se vio apoyada por otros artistas como Ken Stringfellow (The Posies) o el propio Joseph Arthur. Una delicia, y no es una exageración, ver como se divertían en el escenario y como la voz de Michael Stipe llenaba todo el recinto.
lunes, enero 08, 2007
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