Primera jornada del recién estrenado festival veraniego Summercase, que nace con vocación de ser uno de los festivales de referencia dentro de la geografía española. Y la verdad es que falta hace y más tendiendo en cuenta que en Madrid los festivales de estas características eran prácticamente inexistentes hasta la fecha (siempre y cuando no contemos las primeras ediciones del Festimad o el demasiado ecléctico para mi gusto Metrorock) y como no podía ser de otra forma, nos trasladamos hasta el pedregoso recinto de Boadilla del Monte para dar la correspondiente cobertura.
Pero vamos por partes, empecemos por el que a priori era el día más suculento: El Viernes. Para empezar la ronda de conciertos decidimos decantarnos por los suecos The Concretes, que estuvieron estrenando en directo su reciente álbum “In Colour”. Con una propuesta cercana a la de grupos como The Essex Green o The Ladybug Transistor , los de Estocolmo supieron sacar partido a unas composiciones que en disco no dan mucho juego pero que en directo gana posiciones con el despliegue de instrumentos que realizan.
Después de los suecos, tocaba el turno de ver a The Divine Comedy pasando de puntillas por el concierto de los Dandy Warhols que a mi la verdad es que ni fu ni fa. El concierto sonaba a rayos y la verdad es que es un grupo que no hace demasiada gracia, así que nos fuimos directamente a ver a Neil Hannon y los suyos que también presentaban nuevo disco “Victory for the Comic Muse”. Una de las virtudes de The Divine Comedy es que puedes haberlos visto un millón de veces que siempre acabas emocionándote cuando tocan canciones como “Something for the Weekend” o “Becoming More like Alfie”. Neil Hannon, probablemente uno de los cantantes con peor gusto para elegir camisas, derrocho simpatía, busco la complicidad con el público e hizo que nos deleitáramos con su excelente voz. Sin duda uno de los mejores conciertos del día.
Rufus Wainwright llegó sin banda y con la única compañía de su hermana Lucy para presentarnos un repertorio potencialmente emocional pero que a mi no me termina de convencer. Y no me malinterpreten, el concierto fue excelente y Rufus sabe manejarse entre las tablas como pez en el agua, pero sus canciones no me llegan. Me pasa con grupos como Lambchop, que tienen todos los ingredientes para gustarme pero que no terminan por llenarme. Que se le va a hacer. Aun así no le hacia ninguna falta que estuviera contemplándolo por que tenia a una autentica legión de acólitos exacerbados que no hacían más que pedirle que se quitara la camiseta. Así que imagino que le deje en buena compañía.
Poco después le toco el turno a uno de los grupos más esperados del festival, New Order. En la rueda de prensa, desvelaron en que ocupan actualmente su tiempo los miembros de la banda. Y es que están grabando nuevos temas para la banda sonora del biopic de la vida de Ian Curtis cuyo nombre será Contró, perdon, Control. La verdad es que estuvieron encantadores e incluso se atrevieron a bromear ante preguntas como “¿Que les queda del espíritu Punk de los 70?” ante lo que respondieron que un par de cazadoras que habían guardado sus madres en perfectas condiciones, por lo que estaban muy contentos de la existencia de EBay . Pero vamos a lo que realmente importa, el concierto. Pues bien este estuvo dividido en dos partes. Una primera que fue fundamentalmente roquera y una segunda netamente electrónica. El concierto lo abrieron con una enérgica Krafty, para continuar con Regret (una de mis canciones favoritas) a partir de ahí cayeron en los guiños más manidos de la cultura rock. Poses imposibles por parte de Peter Hook, que no paraba de hacer genuflexiones y movimientos imposibles con su bajo, mientras masacraban “Love Will Tear Us Apart” o “Transmisión”. Una lastima, de verdad. Después toco la parte más electrónica que abrieron con Bizarre Love Triangle, para continuar con un aceptable True Faith.
Terminaron, como no podía ser de otra forma, con un Blue Monday a medio gas. Un concierto que no pasara a los anales de la historia y es que se les notaba sin fuerzas y sin demasiadas ganas.
Después de la decepción parcial de New Order tocaba ver sangre nueva, así que me fui corriendo a ver uno de los grupos con mejores perspectivas en el panorama actual, The Long Blondes. Y la verdad es que no me decepcionaron en absoluto, de hecho para mi fue uno de los mejores conciertos que se pudieron ver el viernes. Por allí sonaron estupendamente temazos como “Giddy Stratospheres”, la hipnótica “Autonomy Boy”, la rítmica “Big Infatuation” o la pegadiza “Appropriation (by any other name)”. Y es que quizás, una de las virtudes de este grupo es la cantidad de referencias que uno puede encontrar en su música. Lo mismo puedes encontrar guiños nueva oleros, como escuchar ecos de la música de Phil Spector. Lastima, que la cantante estuviera tan pagada de si misma y pareciera más una modelo de postín que una cantante con una excelente voz (que a fin de cuentas es lo que era).
Lo de Keane, fue llegar y triunfar con pocos esfuerzos. Los ingleses se saben ganadores y emplearon pocas herramientas para convencer a un público entregado desde el principio del concierto. Y quizás ese fue el error en el que cayeron. Gran parte del repertorio estuvo dedicado a su nuevo, y superproducido, nuevo álbum “Under The Iron Sea” y el problema radica en que se perdieron muchos de los detalles que ornamentan sus nuevas canciones. Por poner un ejemplo “Is It Any Wonder” sonó sin fuelle, “A Bad Dream” uno de los mejores cortes de su nuevo material sonaba anodina e insulsa. No obstante cosecharon las mayores ovaciones cuando repasaron su disco de debut “Hopes and Fears”.
Después de Keane, llegaba el momento de averiguar que deparaba uno de los conciertos que con más ansia llevaba esperando, Brakes. Uno se acerca siempre con cierta suspicacia a este tipo de grupo formado con retales de otros grupos, en este caso Electric Soft Parade y Tenderfoot, por que teme que los egos de unos y otros al final no aporten nada reseñable. No es el caso, el debut de Brakes es uno de los mejores discos que se publicaron el año pasado y ahí estuvieron para confirmar todas las expectativas. Su Folk-Punk bebe de las mejores fuentes (Violent femmes, Pixies…) y sobre el escenario supieron transmitir el caos y la locura que poseen en disco. Una autentica pasada y una lección de cómo ser salvaje en apenas treinta segundos de canción, como en el caso de “Pick Up the Phone”. La locura estalló cuando sonó la bailable y desquiciada “All Night Disco party” o la redonda “Heard About Your band”. Así que después del buen sabor de boca dejado por Brakes tocaba recogerse hasta el día siguiente, el que fue para mí la mejor jornada del festival. Pero eso se lo cuento mañana.
miércoles, enero 10, 2007
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